Soledad Sevilla (Valencia, 1944) lleva desde finales de los años 60 explorando las diferentes posibilidades del lenguaje pictórico, desde el minimalismo y la abstracción geométrica más radical hasta una pintura más intimista y romántica, reflejo de su entorno social, natural y cultural más cercano. En Luces de invierno, la artista trabaja los mismos temas en tres tamaños de menor a mayor en los que usa la escala creciente para explorar líneas y colores.
Muchas veces definida como “pintora de la luz”, Soledad Sevilla siempre ha rechazado esa descripción, esgrimiendo que “la luz no está para ser vista, sino para dejar ver”. Y eso es lo que ella intenta hacer en esta muestra, situar al espectador frente a obras de gran formato e “invitarle a mirar el cuadro como se mira un abismo, a cuestionar su posición frente a magnitudes que superan su propia escala”.
Con estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge (Barcelona) y en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), y una producción en la frontera entre la escultura, el paisajismo y la arquitectura, Soledad Sevilla ha recibido el Premio Nacional de Artes Plásticas (1993) y la Medalla de Oro de las Bellas Artes (2007) y el Premio Arte y Mecenazgo de la Fundación La Caixa (2014), entre otros reconocimientos.