Los americanos tienen a Kamasi Washington, los británicos a Jacob Collier. Donde no llega uno, comercialmente, otro empieza estilísticamente. Ambos, eso sí, tienen su punto megalómano; el californiano con el triple Heaven and Earth, el londinense con la proyectada tetralogía Djesse. Aunque a los dos se les ha catalogado como las nuevas estrellas del jazz, solo el americano es un jazzman –de recorrido amplio, eso sí– por los cuatro costados. Collier utiliza el jazz quizás como simple apartado postal creativo, pero se adentra en casi todos los campos de la música popular, con buen tino y mejor gusto. Capaz de desarrollar temas propios y standards ajenos con la misma capacidad de exploración, ha montado una banda interesante para el directo y aunque se nos haga un pelín blando en su propuesta, no cabe duda de que si te gustaba el Sting de la época de The Dream of the Blue Turtles, te gustará él.