Los cocineros Carlos Griffo y Miguel García abrieron a comienzos de este año Quinqué, un restaurante que plantea una carta de platos reconocibles y recetas tradicionales puestas al día. Con un currículum impecable jalonado por restaurantes como Casa Marcial, La Bien Aparecida o StreetXO, sus caminos se cruzaron en algunas de estas casas antes de lanzarse a ponerse al frente de los fogones de este local.
Alejado de las aperturas con inversiones millonarias a sus espaldas que proliferan en nuestra ciudad de un tiempo a esta parte, Quinqué aspira a hacerse un hueco en ese espacio que ocupan las tabernas renovadas. Ya saben, buen producto pero que no haga que la cuenta se dispare, elaboraciones amables con cualquier paladar y alejadas de la contundencia de antaño. Y si afinan algunos detalles, bien pueden lograrlo. La mantequilla de leche de cabra que acompaña al pan remite a sabores casi olvidados. La sobrasada usa la vaca –rubia gallega– en lugar de cerdo, con un punto picante y menos graso. Funciona la combinación de rabas y aros de cebolla, aunque la ración llega algo justa de calamar. Son frescos los bocartes, abiertos y fritos en un aceite ya algo fatigado. El rabo de vaca guisado, impecable con una salsa que les hará reclamar pan. A seguir por ese camino.