Apasionada de Jerez desde sus comienzos en los fogones de establecimientos tan ilustres como El Olivo, Arce o Goizeko Wellington, Marian Reguera promueve desde su Taberna Verdejo la singularidad de estos vinos creando maridajes perfectos con sabrosos salazones, escabeches de toda la vida y verduras de temporada. Un tesoro escondido en la calle Espartinas donde junto a su socia Carmen otorga a estas versátiles etiquetas el lugar que merecen en nuestra gastronomía. La sumiller asegura que no hay mejor aperitivo que un salazón de pescado con un Jerez, mientras que una manzanilla larga, intensa y sedosa siempre será ideal para revivir el sabor de unos salmonetes fritos como en Sanlúcar. El oloroso lo deja para acompañar el lomito embuchado, por su finura y su elegancia. El mejor amigo de un fino natural, fresco y delicado, es según la experta un buen plato de jamón ibérico. Y para el postre, un Pedro Ximénez, ese vino dulce, intenso y untusos que armoniza como ningún otro con chocolate y avellanas. “No hay nada que no armonice con un Jerez. Combinar un buen amontillado o un fino viejo, un oloroso o un palo cortado con verduras, ahumados, salazones, pescados, arroces, guisos o caza para mí es lo más sencillo del mundo”, asegura Marian. Verdejo es el lugar para comprobarlo.