Quien a estas alturas piense que los restaurantes aledaños a la Puerta del Sol son para turistas no ha comido en Antoinette. Normal, esta brasserie parisina acaba de abrir sus puertas en la capital y en poco más de un mes ya ha conquistado a franceses y españoles. La idea es sencilla: recetas de toda la vida con producto de calidad, a cualquier hora del día, en una atmósfera elegante y acogedora. Las mismas premisas con las que funcionan estos restaurantes tradicionales franceses y que en Madrid cuesta tanto encontrar.
Nada más entrar a Antoinette nos sentimos teletransportados al París de la Belle-Époque, los Années Folles y el siglo XVIII de la reina María Antonieta gracias a una decoración clásica con toques barrocos aunque actuales y detalles únicos como el aroma a brioche recién horneado. La distribución compartimentada de los espacios, distribuidos en dos plantas, transmite la sensación de casa privada como sucede en las brasseries tradicionales. En esta, el chef Jean-Jacques Payel nos hace ojitos desde su cocina abierta con platos representativos de la rica tradición culinaria francesa (la sopa de cebolla con Emmental gratinado, el mítico Boeuf Bourguignon), salades gourmandes, galettes, crêpes y gofres. En Antoinette merece la pena dejar espacio para llegar al Tercer acto.