Por los pelos, la obra de teatro más representada de la historia de Estados Unidos, regresa a los escenarios con una versión de los creadores de Imprebís y los productores de La cena de los idiotas. En una peluquería se comete un crimen cuyo móvil, por supuesto, se ignora. Los sospechosos son varios y los representantes de la ley tienen motivos suficientes como para sospechar de todos y cada uno. En determinado momento se encienden las luces de la sala y los espectadores -sólo quienes realmente lo deseen, y se puede asegurar que son muchos- deben descubrir al asesino. Las pistas son variadas y el final de la obra dependerá del voto de la platea.