Clandestino
La decoradora Inés Benavides se inspiró en los bares clandestinos de la ley seca en los EE.UU, y en los clubs de jazz donde la generación beatnik se reunía en los años 50, para dar forma a Clandestino, destino ineludible para los amantes de la buena música y la coctelería de autor. Noches con música en vivo, bebidas bien trabajadas, y un entorno misterioso pero cálido a la vez, hacen de este un local donde escaparse, ya sea en la tarde para charlar tranquilamente junto a un cóctel clásico, o por la noche junto a amigos para bailar o escuchar alguno de los conciertos que programan.